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La Nación 18-04-2003

    Amanda Guerreño viene desarrollando una extensa labor en el campo de la música contemporánea y electroacústica, desde los tiempos del Instituto Di Tella. Forma parte de la Asociación Argentina de Compositores. Estrena por lo menos dos obras nuevas cada temporada, y en los últimos años integró a su propuesta elementos del lenguaje popular y formó en los noventa un grupo de tango.  

    “No soy prejuiciosa y a pesar de estar muy metida con la musicología y el estudio académico, el folklore y el tango me conmueven. Por eso, me animé a musicalizar obras sobre letras de Cortázar pero con un aire más ciudadano y tanguero, o hacer una sinfonía americanista”, apunta la pianista y compositora argentina.  

    Obras para orquesta y grupos corales, sonidos andinos y trabajos dedicados a la música ciudadana y piezas electroacústicas, integran su repertorio. “Tengo la suerte de tener una formación académica que cuando quiere puede integrarse a la música popular.

    Esa posibilidad de manejar diferentes formaciones y lenguajes sólo te lo puede dar el estudio”, remarca la intérprete, compositora y arregladora, reconocida también por su labor solidaria junto a su esposo Adolfo Pérez Esquivel.

    Acompañando a su marido la compositora también pudo llevar su propuesta a diferentes partes del mundo. Llegó a trabajar en una obra sobre un obispo del Mato Grosso, de origen catalán, y se interesó en la vida de poetas y escritores para ponerle música. Trabajó en Europa y en escenarios locales donde realizó diferentes ciclos de música popular. Pero también se animó a presentar su música en festivales de apoyo a distintas asambleas barriales donde estrenó piezas contemporáneas interpretadas con cacerolas y otros instrumentos no convencionales, además de su interpretación clásica en el piano.  

    “Hace un tiempo me invitaron a participar de un recital en apoyo a una asamblea y pensé que la mejor manera era llevar una obra inédita mía de doce minutos que está más ligado a lo contemporáneo. Ese lenguaje que puede sonar muy abstracto fue muy bien recibido por la inclusión del sonido de la cacerola. La experiencia terminó siendo muy fuerte para todos”, cuenta Guerreño.

    La intérprete sigue abocada a difundir sus diferentes trabajos instrumentales tanto en el área académica como en la escena popular. Quiere reeditar dos trabajos, que le han dado muchas satisfacciones. “Para mí no han perdido su vigencia y si bien quiero grabar mis últimas composiciones que no están en disco, me gustaría rescatar un disco dedicado al tango y un trabajo coral de índole americanista, para que no queden en el olvido”, señala Guerreño, que presentó estos materiales en un ciclo en Clásica y Moderna.